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Cuando un bebé va a nacer los futuros padres compran algunas cosas buscando prepararse para la llegada del nuevo miembro a la familia. Dentro de esta lista, la compra de una cuna y/o minicuna son algunos de los productos indispensables para recibir al nuevo integrante. Si bien, la habitación del bebé es uno de los espacios que más ilusiona adquirir a los padres, al momento de comprar un colchón la decisión suele pasar a un segundo plano y restarle la importancia que debería tener. 

La compra del colchón debe ser una decisión informada ya que no sólo afecta el descanso del bebé, también su seguridad. Durante el primer año y medio de vida, los bebés pasan más de la mitad de su día durmiendo, es decir más de 12 horas. Si este es el caso, ¿por qué no le damos la importancia necesaria a comprar un colchón adecuado?

A diferencia de los adultos, al comprar el colchón para bebé debemos buscar que éste sea, además de confortable, seguro. Por eso, es muy importante considerar estos aspectos cuando estemos tomando la decisión.

Firmeza: un colchón firme o semifirme que no se hunda con el peso del bebé, de esta forma estaremos reduciendo el riesgo de asfixia y muerte súbita del lactante. Un colchón blando se puede amoldar a la cabeza o cara del bebé dificultando la respiración. El soporte debe ser adecuado y adaptable con el fin de evitar puntos de presión, cuidar su columna vertebral y proporcionarle un descanso adecuado.

Materiales: pueden ser de resortes, espuma o memory foam. Lo importante a considerar es que el colchón mantenga su forma, sea transpirable, confortable y permita al bebé moverse libremente.

Tamaño: el colchón debe encajar a la perfección en la cuna, para evitar que el bebé pueda llegar a meter la mano e incluso llegue a quedar atorado entre la cuna y el colchón.